
A veces, los lugares que menos ruido hacen son los que más profundo llegan. Lejos de los circuitos turísticos clásicos, y sin buscar protagonismo, una ciudad del interior de Buenos Aires logró lo impensado: ser elegida como el destino más hospitalario de la Argentina.
Ni Bariloche, ni Salta, ni Mendoza. Esta vez, el reconocimiento fue para Olavarría, una localidad que, sin grandes campañas ni postales icónicas, se ganó el afecto de quienes la visitan. Un destino que, a simple vista, no parece competir por turistas, pero que, paso a paso, fue construyendo un vínculo genuino con quienes pasan por allí.
El dato, lejos de ser una casualidad, surge de un análisis masivo de experiencias reales: millones de opiniones verificadas en Booking.com fueron procesadas para los Traveller Review Awards 2025, y todas coincidieron en algo esencial: en Olavarría, el visitante se siente bien recibido.
El turismo menos pensado
A poco más de 350 km de La Plata, y ubicado estratégicamente en el cruce de varias rutas clave (la Nacional 226 y las Provinciales 51 y 60), Olavarría emerge como una opción atractiva para escapadas cortas y fines de semana lejos del ruido, pero cerca del calor humano.
Una ciudad con raíces industriales, conocida por su producción de cemento y su perfil fabril, que hoy suma un nuevo rasgo de identidad: la hospitalidad. Ese tipo de acogida que no se planifica con marketing, sino que se vive en cada encuentro, en cada charla, en cada gesto cotidiano.
Buenos Aires, protagonista silenciosa
En un ranking dominado por paisajes icónicos, sorprendió la fuerte presencia de ciudades bonaerenses: además de Olavarría, también fueron destacadas Sierra de los Padres, Escobar y Mar de las Pampas. Cuatro representantes entre los diez destinos más hospitalarios del país, una señal clara de que el turismo en Buenos Aires va mucho más allá de la costa atlántica o la cercanía con la Capital.
En el contexto global, Argentina se posicionó 13° en el ranking mundial de hospitalidad, siendo superada en Sudamérica solo por Brasil. Y Misiones se coló entre las diez regiones más cálidas del planeta, demostrando que la amabilidad no entiende de geografías.
Este año, sin embargo, el centro de la escena se trasladó —literalmente— al centro del país. Allí donde la llanura se extiende hasta perderse en el horizonte, Olavarría encontró una nueva vocación: ser un refugio amable para quienes buscan pausa, descanso, y una bienvenida sincera.