El anacronismo político, el personalismo y la prepotencia con los que Pablo Zurro encabeza la intendencia de Pehuajó desde 2007 parecen exacerbarse a medida que su gestión enfrenta nuevas complicaciones. Mientras que cientos de vecinos están en estado de alerta por las deficiencias en la gestión del agua y el sistema de cloacas, muchos otros reclaman por las viviendas sorteadas por el municipio.
“Este es el año número 17 de la gestión de Zurro y, si bien se han realizado muchas obras, también hay varias abandonadas y que no se han continuado, incluso algunas de gran envergadura. Pehuajó enfrenta problemas económicos, ya que carece de empresas y oportunidades laborales. Actualmente, hay 1.848 empleados municipales, y la mayoría de los vecinos dependen de un salario del municipio, lo que dificulta el crecimiento económico de la ciudad”, advirtió Graciela Agostinelli, presidenta del bloque de concejales Juntos por la Libertad.
En ese sentido, Agostinelli considera que la gestión de Zurro “está agotada y necesita un cambio de enfoque”. Diversos adversarios políticos vienen señalando la falta de consenso, la arbitrariedad y la falta de representación equitativa de todos los sectores que propicia el intendente Zurro.
Entre los ejemplos se encuentra la reciente decisión de nombrar como presidente de la Comisión de “Calidad de vida y Salud” al concejal Miguel
Elola: lejos de contar con experiencia y conocimiento en ese área, Elola está al frente de la Inmobiliaria Elola de Pehuajó.
De hecho, el concejal Elola es uno de los que votó a favor de la ordenanza que prohíbe la actuación de las franquicias inmobiliarias en ese municipio, influenciado por el Colegio de Martilleros de Trenque Lauquen. En sus redes sociales, Elola suele compartir los comunicados de ese colegio, en los que destacan que “los martilleros y corredores habilitados somos los únicos que podemos: tasar, hacer publicidad de inmuebles, recibir una reserva, mediar en una operación y cobrar honorarios”.
Esa ordenanza, cercana a la ilegalidad, ya le ha traído varios problemas a Zurro. Hace poco, los emprendedores locales denunciaron que el intendente cedió a la injerencia del Colegio de Martilleros y dispuso el retiro de un stand de una marca líder del sector inmobiliario a pocas horas de celebrarse la Expo Rural, Comercial e Industrial, evento organizado tradicionalmente por la Sociedad Rural de Pehuajó y la Cámara de Comercio.
Las voces más progresistas del sector inmobiliario se alzaron para denunciar aquello que califican como “lo peor de la casta, que busca monopolizar el mercado, eliminar la competencia, y lo hace en complicidad con la intendencia”.
Sumaron que de forma autoritaria y escudado en la “defensa de la profesión”, el Colegio de Martilleros que desde 2002 encabeza Carlos Alberto Prono ha empujado al ejecutivo local y al Concejo Deliberante a sancionar una ordenanza que prohíbe la habilitación de oficinas inmobiliarias bajo franquicias o marcas.
La práctica se enmarca en otras similares encaradas por los Colegios de Martilleros de la provincia de Buenos Aires en los últimos años. Aunque diferentes fallos han desarticulado los argumentos de esas entidades y han puntualizado que la publicidad no es esencial ni determina el ejercicio del corretaje inmobiliario, así como que los agentes son intermediarios independientes, los dirigentes históricos siguen realizando ese tipo de imputaciones infundadas.