El campeón olímpico de ciclismo Juan Curuchet, sufrió un violento robo en su casa de la localidad de Chapadmalal y perdió ahorros, medallas, relojes, armas y celulares, al quedar a merced de tres delincuentes que se colaron en su casa cuando dormía junto a la pareja, informaron fuentes policiales.
El hecho de inseguridad se produjo este domingo, minutos antes del inicio del debate presidencial, en una finca de la calle C y F de la localidad, cuando tres delincuentes irrumpieron y amenazaron a Curuchet y una mujer de 28 años y se apoderaron de una suma de dinero, un reloj rólex de oro, otros relojes, una escopeta, una pistola, dos celulares y un auto marca Volkswagen Gol Trend.
Los ladrones escaparon en el rodado de la novia de Curuchet y ese vehículo fue hallado luego incendiado en el camino a las canteras en Parque Hermoso.
El ganador del oro en Pekin 2008 indicó que los delincuentes se llevaron todos sus ahorros y las medallas que había coleccionado durante toda su carrera como ciclista profesional.
“Estábamos el domingo poco antes del debate, con mi novia, mirando televisión, y se nos aparecieron tres encapuchados, con armas, que nos sacan a empujones de la cama y mientras nos apuntaban, nos ataron”, relató a Radio Brisas de Mar del Plata.
“Fue un momento terrible, por la pérdida de la intimidad. Se llevaron todos mis ahorros, todas mis medallas y reconocimientos a lo largo de mi carrera, cadenas. Se llevaron todo lo que tenía”, dijo profundamente angustiado.
“También se llevaron el auto de mi novia, en donde cargaron todo, mientras nos encerraron en el baño”, detalló, aclarando que no tiene cámaras de seguridad.
“El episodio habrá durado uno 40 minutos. Una eternidad. Era un hombre mayor, de más de 50 años, con dos pibes jóvenes. Fue al azar. En un momento me dijo que me veía cara conocida y le dije quién era. Entonces señaló que nos conocía a mí y a mi hermano. Después nos preguntó si era un country en donde estábamos y quienes vivían. Entonces les dije que era un campo familiar”, continuó.
Curuchet subrayó que no alcanzaron a gatillar, pero sentía un ruido como que las cargaban a las armas, lo que provocó que su novia entrara en pánico al igual que él.
“Por lo que pude saber, parece que son personas que van robando dentro de los campos, de la misma forma. Más que nada porque reconocieron hechos similares cuando les dije que el hombre tenía un vocabulario como de alguien del norte, como un acento de provincia”, describió.