El precio de los combustibles volvió a quedar en el centro de la escena en municipios de la costa bonaerense, donde la aplicación de tasas municipales a las estaciones de servicio se refleja directamente en el valor que pagan los automovilistas. La situación se da en un momento clave, cuando comienza el movimiento turístico hacia los principales destinos de la Costa Atlántica.
De acuerdo a los relevamientos recientes, localidades como Pinamar y Mar del Plata figuran entre las ciudades con la nafta más cara de la región, en gran medida por la incidencia de impuestos locales, que se suman a los impuestos nacionales y provinciales ya vigentes. El impacto se vuelve más visible en plena temporada, con un aumento sostenido del tránsito vehicular.
Desde el sector empresario advierten que la acumulación de cargas impositivas termina trasladándose al consumidor y genera diferencias de precios entre municipios cercanos. En contrapartida, los gobiernos locales sostienen que las tasas apuntan a financiar servicios, obras y mantenimiento urbano, especialmente en ciudades que reciben un fuerte flujo de visitantes durante el verano.
El debate se proyecta hacia los próximos meses, ya que varios municipios costeros evalúan mantener este esquema impositivo de cara a 2026. En ese contexto, el precio del combustible se consolida como un factor clave para quienes inician sus vacaciones y para las economías locales ligadas al turismo.