El Gobierno de la provincia de Buenos Aires puso en marcha un amplio operativo de seguridad vial en las rutas que conducen a la Costa Atlántica, con más de 70 radares fijos y móviles. El esquema incluye controles de velocidad, alcoholemia y sanciones económicas elevadas ante el aumento del flujo turístico.
La estrategia es coordinada por el Ministerio de Transporte bonaerense y se concentra en los principales corredores viales del territorio. El objetivo declarado es reducir siniestros durante la temporada estival y reforzar la fiscalización en tramos de alto tránsito.
El despliegue abarca principalmente las rutas 2, 11, 63, 74 y 36, consideradas claves para el acceso a los destinos turísticos. En esos trazados se controlan velocidades máximas que oscilaron entre 60 y 110 kilómetros por hora, con tramos habilitados hasta 120 en la Autovía 2.
En la Ruta 2 se instalaron 48 radares fijos en ambos sentidos, además de cinco móviles que varían su ubicación según los recambios turísticos y los fines de semana. El resto de los corredores cuenta con dispositivos distribuidos estratégicamente.
A los controles de velocidad se suman operativos de alcoholemia, en el marco de la ley de alcohol cero vigente en el distrito. También se fiscalizan maniobras riesgosas, como circular por la banquina o realizar sobrepasos indebidos.
Desde el Ejecutivo se remarcó que la presencia de los controles busca desalentar conductas imprudentes y reforzar la prevención en rutas que registran un alto caudal vehicular durante el verano.
Las infracciones por exceso de velocidad o conducción bajo los efectos del alcohol contemplan multas que pueden superar el millón de pesos. En los casos de negativa a realizar el test de alcoholemia, las penalidades resultan aún más severas.
Los valores de las sanciones se mantienen vigentes hasta fin de año y, según se informó oficialmente, quedan sujetos a una actualización prevista para enero de 2026.
El esquema de control se mantiene activo a lo largo de toda la temporada estival, con refuerzos en fechas clave de recambio turístico. La planificación incluye presencia permanente de agentes y tecnología de fiscalización.
Con este operativo, la Provincia busca combinar prevención y control estricto en uno de los períodos de mayor circulación del año, en un contexto donde la seguridad vial vuelve a ocupar un lugar central en la agenda pública.