Un estudio del Conicet detectó Viagra y otros fármacos en ríos y arroyos del AMBA

09:56 |Una investigación del Conicet La Plata halló restos de 16 medicamentos en cuencas del AMBA, con mayores concentraciones en zonas urbanas y patrones estacionales que reflejan hábitos de consumo. El trabajo alerta sobre descargas cloacales, filtraciones y fallas en el control ambiental.

Un estudio realizado por especialistas del Centro de Investigaciones del Medioambiente (CIM), dependiente del Conicet y la Universidad Nacional de La Plata, reveló la presencia de diversos fármacos en ríos y arroyos del Área Metropolitana de Buenos Aires. El trabajo, publicado en la revista Environmental Toxicology and Chemistry, analizó muestras de las cuencas de los ríos Luján, Reconquista y Matanza-Riachuelo, además de los arroyos Del Gato, Maldonado, El Pescado y Espinillo.

Los investigadores comprobaron que la concentración de medicamentos aumenta a medida que crece la densidad poblacional y la infraestructura cloacal. Mientras en sectores rurales se identificaron apenas dos o tres compuestos, en áreas urbanizadas aparecieron residuos de casi todos los 16 fármacos evaluados. Entre ellos, la carbamazepina encabezó el listado, seguida por paracetamol, ibuprofeno y atenolol.

El estudio también detectó variaciones vinculadas a las estaciones. El sildenafil —principio activo del Viagra— mostró picos en verano, mientras que en invierno aumentaron sustancias asociadas a enfermedades respiratorias, como el salbutamol. Las lluvias, en tanto, redujeron la concentración de varios compuestos por efecto de dilución.

Además de las similitudes con tendencias observadas en otros países, el relevamiento evidenció particularidades locales. Los niveles de paracetamol, por ejemplo, superaron ampliamente los valores internacionales, en línea con su elevado consumo en Argentina. También se registraron diferencias marcadas en fármacos vinculados a la salud mental.

Los cursos de agua que reciben descargas de plantas de tratamiento fueron los más comprometidos, aunque también se encontraron altos niveles en zonas sin redes cloacales formales. Según los investigadores, esto podría deberse a pozos ciegos, descargas clandestinas o filtraciones desde basurales y rellenos sanitarios.

“Lo que ingerimos y descartamos no termina su ciclo en el inodoro o en la basura”, advirtió la becaria del Conicet y primera autora del estudio, Daniela Pérez. El equipo espera que los resultados sirvan para fortalecer políticas de monitoreo, gestión y mitigación de la contaminación por fármacos en la región.