Las heladerías más tradicionales del GBA fueron reconocidas por la Asociación de Fabricantes Artesanales de Helados y Afines (AFADHYA), entidad que destacó la trayectoria de comercios emblemáticos que mantuvieron técnicas artesanales, sabores históricos y una fuerte identidad arraigada en distintas localidades bonaerenses.
El reconocimiento puso el foco en cinco establecimientos del Conurbano incluidos entre once distinguidos a nivel nacional. La selección recuperó historias familiares vinculadas a la inmigración europea que consolidaron al helado artesanal como una costumbre gastronómica profundamente argentina.
La AFADHYA remarcó que el sector construyó una identidad ligada a recetas que se transmitieron durante generaciones. La entidad impulsa eventos como La Noche de las Heladerías, iniciativa federal que desde dos mil diecisiete convoca a miles de vecinos con promociones y nuevas propuestas de temporada.
La heladería El Piave, ubicada en Quilmes, fue una de las destacadas. Con siete décadas de trayectoria, mantuvo una carta que combinó sabores clásicos como el higo con nuez con opciones contemporáneas, además de una línea de cremas y sorbetes que reflejó la impronta familiar.
Otro de los comercios distinguidos fue Bomquebom, de Pilar, que nació en la Plaza 12 de Octubre y conservó su espíritu original pese a la expansión hacia nuevos barrios. Entre sus especialidades se mantuvieron el Almendrado y creaciones como el Africano, junto a variedades pedidas por su clientela histórica.
En San Isidro, Vía Flaminia fue reconocida por su famoso cucurucho bañado en chocolate, un ícono gastronómico del corredor norte desde mil novecientos sesenta y cinco. El local mantuvo la estética original y conservó recetas clásicas que permanecieron intactas desde su apertura.
En el partido de San Martín, Chinin fue distinguida por su crecimiento sostenido y su variedad de gustos. El emprendimiento surgió de la iniciativa de un heladero italiano que consolidó un comercio con más de sesenta sabores y propuestas que combinaron tradición e innovación.
En Munro, Arnaldo fue destacado por su particular historia. Fundada por un inmigrante asturiano, se transformó en una referencia de la zona norte con cremas tradicionales como quinotos al whisky y versiones actuales diseñadas para ampliar su oferta artesanal.
La AFADHYA subrayó que el reconocimiento buscó visibilizar la labor de heladerías que mantuvieron procesos artesanales y pequeñas producciones diarias. La entidad destacó el uso de ingredientes frescos, la calidad de la leche y la creatividad en la combinación de sabores.
El organismo recordó que el helado argentino participa con frecuencia en competencias internacionales, donde obtuvo menciones por la calidad de su elaboración. También consideró que la tradición se fortaleció gracias a la difusión gastronómica y al interés del público en productos artesanales.
Estas distinciones reafirmaron la importancia de los comercios familiares que consolidaron una identidad regional y sostuvieron un oficio históricamente ligado a la inmigración y al gusto local por las recetas de calidad que se transmiten de generación en generación.