Mondelez suspendió a 2.300 empleados y frenó su planta de Tigre por sobrestock

La multinacional Mondelez suspendió a dos mil trescientos empleados y detuvo la actividad en su planta de Tigre, medida que la compañía atribuyó al sobrestock generado por la caída del consumo y que afectó de manera directa a uno de los complejos industriales más grandes del sector alimentario en el país.

El parate se extendió por veintiún días e involucró a la totalidad del personal operativo del establecimiento ubicado sobre el ramal Escobar del Acceso Norte. Según referentes del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA), no se registraba una suspensión de esta magnitud desde la crisis económica de dos mil uno.

Caída de consumo y exceso de inventario

Voceros fabriles señalaron que la empresa enfrentó una reducción sostenida en la demanda interna durante dos mil veinticuatro, lo que generó una acumulación significativa de mercadería en depósitos. La firma sostuvo que la medida formó parte de una “planificación operativa” destinada a reorganizar su esquema productivo.

La noticia generó asambleas internas y preocupación debido a la ausencia de una fecha concreta para el retorno pleno de la actividad. Los operarios recibieron licencias pagas, aunque la incertidumbre se mantuvo ante la falta de definiciones sobre el ritmo futuro de producción y el impacto en los puestos laborales.

Licencias, mantenimiento y tensión gremial

“La compañía realizará tareas de mantenimiento planificado y otorgará licencias como parte de un acuerdo con STIA”, indicaron fuentes empresarias en un comunicado que no detalló antecedentes recientes de medidas similares. Desde el sindicato remarcaron que la última situación comparable se remontó a más de dos décadas.

El delegado Jorge Penayo expresó en declaraciones a Led FM: “Pasamos varias crisis dentro de la fábrica. Hace treinta años que estoy en la compañía y en dos mil uno nos licenciaron una semana por los saqueos y el caos afuera. Ahora es por el consumo”.

Además, destacó que las marcas elaboradas por la firma representan productos populares. Según explicó, “las marcas que produce la empresa son las que consume la clase media”, afirmación que reflejó la preocupación por la merma en las ventas de artículos tradicionales.

Una reducción productiva que encendió alarmas

Trabajadores consultados afirmaron que la compañía había proyectado setenta y dos mil toneladas anuales, pero terminó recortando trece mil ante la falta de un repunte pos electoral. Incluso con el lanzamiento de novedades destinadas a sostener volúmenes, la demanda no alcanzó los niveles esperados.

El freno productivo dejó en evidencia el impacto del retroceso en el consumo masivo y encendió señales de alerta en toda la cadena de valor, mientras los operarios permanecieron a la espera de definiciones que determinen la continuidad de la actividad industrial en uno de los polos fabriles más importantes de la región.