Kicillof pagó con poder el endeudamiento que lo catapulta a 2027

Buscando garantizar su gestión y apuntalar su camino a la presidencia en 2027, el gobernador Axel Kicillof consiguió finalmente el endeudamiento que buscaba pero cediendo más de lo previsto. No sólo entregó posiciones de poder en la Legislatura, sino también amplió la estructura de conducción del Banco Provincia (Bapro) y resignó control directo a cambio de los votos necesarios.

La reforma elevó las sillas del directorio de ocho a catorce y modificó la carta orgánica del banco. El cuerpo quedó integrado por nueve directores, donde cuatro responden a Kicillof, más dos síndicos y tres directores asociados. 

El reparto acomodó a todas las tribus del oficialismo peronista —con lugares para el kirchnerismo duro, el massismo, intendentes del conurbano y aliados político-partidarios— y dejó cinco espacios para la oposición, una concesión clave para asegurar respaldo legislativo.

Costo presidencial

A cambio de un endeudamiento récord, que incluye fondos fijos para los municipios hasta 2027, Kicillof entregó parte del control institucional que pretendía conservar. El costo de tener una estructura de poder redistribuida y un Bapro multipartidario tensiona su proyecto de autonomía política pero le da las herramientas para llegar con aire a ser candidato gracias al fortalecimiento financiero conquistado.

Con la rosca resuelta, Kicillof pasa de pantalla y activa su nueva campaña. La cuenta regresiva hacia 2027 ya empez sobre un tablero donde se cruzan deuda, cargos y un poder más fragmentado.