La estudiante Magalí Frappa, de la Escuela Técnica N°3 de Del Viso, presentó una alarma destinada a reforzar la seguridad en piletas y pensada para alertar cuando una persona ingresa al agua. El dispositivo, construido con materiales económicos, avanzó en su proceso de patentamiento gracias al trabajo conjunto con su docente Ariel Pérez.
El proyecto se diseñó para la Expo Técnica del establecimiento y surgió con la intención de aplicar conocimientos adquiridos durante la tecnicatura. La joven explicó que la iniciativa buscó ofrecer una solución concreta ante accidentes frecuentes en espacios donde no hay supervisión constante.
La alarma, bautizada PoolSafe, funciona mediante un sistema que registró oleajes más intensos de lo habitual y activó una señal sonora al detectar un peso superior a cinco kilos. Pérez afirmó que el desarrollo recibió elogios durante la presentación y destacó que, con recursos limitados, se logró elaborar un producto que aportó prevención.
Magalí detalló que el proceso requirió meses de pruebas para ajustar el imán, el aro metálico y la posición de los componentes. También evaluó futuras mejoras, como incorporar un Arduino con Bluetooth o WiFi que envíe alertas al celular del responsable de la pileta.
La idea nació al observar situaciones repetidas entre familiares, docentes y compañeros vinculadas a descuidos en piscinas. La alumna afirmó que buscó un mecanismo que detectara el movimiento del agua de inmediato para reducir riesgos en entornos domésticos y recreativos.
El profesor indicó que la propuesta permitió trabajar pautas de seguridad eléctrica y procedimientos de prueba y error, además de fomentar la creatividad aplicada a una necesidad comunitaria. Subrayó que el invento mostró que la innovación puede surgir con herramientas accesibles.
Durante la construcción, la principal dificultad consistió en ajustar la sensibilidad del péndulo para evitar activaciones indebidas o fallas en la detección del movimiento. Frappa relató que se realizaron numerosas pruebas en la fuente del colegio hasta lograr una respuesta precisa del circuito. El desafío permitió comprender cómo reaccionan los materiales ante distintas intensidades de oleaje.
La estudiante aseguró que el momento más gratificante fue comprobar que el dispositivo funcionaba según lo esperado. También expresó su deseo de que el invento pueda difundirse para ayudar a prevenir accidentes, y señaló que la alarma podría perfeccionarse con sensores más específicos y materiales más resistentes al clima.
La iniciativa marcó un cierre significativo para su etapa escolar, mientras la joven confirmó que continuará su formación en la carrera de Biotecnología en la Universidad de Pilar. Su proyecto dejó una muestra del potencial que puede surgir del trabajo estudiantil cuando se orienta hacia soluciones que protegen vidas.