La Ruta 2 es mucho más que el camino que une a Buenos Aires con la Costa Atlántica: es un clásico de las escapadas, con paradas gastronómicas que se convirtieron en destino en sí mismas. Desde Chascomús hasta Dolores, miles de viajeros aprovechan el trayecto para hacer un alto y disfrutar de los sabores típicos de la provincia.
Por sus casi 400 kilómetros, esta autovía concentra una enorme variedad de propuestas culinarias, ideales para quienes buscan un buen desayuno, un almuerzo al paso o una merienda con vista a la llanura bonaerense. En paralelo, el Gobierno de Axel Kicillof avanza con las obras de repavimentación que abarcan las cuatro manos entre Dolores y Mar del Plata, lo que promete mejorar la experiencia de los más de 22 mil vehículos diarios que circulan por la ruta.
En el kilómetro 113, Atalaya es sinónimo de parada obligada. Famoso por sus medialunas recién horneadas, ofrece un ambiente amplio y familiar, ideal para un desayuno o merienda antes de seguir viaje. Su cafetería de autoservicio mantiene el espíritu original que lo hizo célebre entre los viajeros rumbo a la costa.
En el kilómetro 157, La Matera es un pequeño local que se transformó en secreto de culto para los amantes de los sánguches gourmet. Su pan casero y combinaciones originales lo convirtieron en una parada elegida por quienes valoran los sabores simples pero bien logrados.
En el cruce de la Ruta 2 con la Ruta 63, Parrilla Carlitos es un ícono del camino. Con ambiente tradicional y porciones abundantes, se ganó su fama entre los fanáticos del asado y las achuras. Periodistas y figuras del espectáculo suelen detenerse allí en sus viajes hacia la costa.
Bajo el puente de ingreso a Chascomús, el ACA local es conocido por su pejerrey, los fiambres caseros y las medialunas doradas. Justo enfrente, Entre Pueblos ofrece una versión moderna con cafetería, hamburguesas y productos regionales para llevar. Dos estilos distintos que conviven en el kilómetro 122, y que hacen de este tramo una parada doblemente tentadora.
En el kilómetro 174,5, Cafequevá se consolidó como la meca del café de especialidad en la ruta. Su ambiente moderno y tranquilo invita a disfrutar de un espresso o un capuccino acompañado de alfajores artesanales y pastelería regional. Ideal para quienes viajan sin apuro y valoran la buena taza.
La Ruta 2 es, sin dudas, un viaje dentro del viaje: una oportunidad para descubrir rincones gastronómicos que forman parte de la identidad bonaerense. Desde el aroma de las medialunas de Atalaya hasta el café de autor de Castelli, cada parada es una excusa perfecta para transformar el camino hacia la Costa Atlántica en una experiencia llena de sabor.