El Partido Justicialista (PJ) bonaerense atraviesa un cierre de año cargado de incógnitas. Con el mandato de Máximo Kirchner próximo a vencer el 18 de diciembre, los sectores internos del peronismo coinciden en que la renovación de autoridades se concretará recién entre febrero y marzo de 2026, una vez que se resuelva la discusión por el Presupuesto 2026 en la Legislatura bonaerense.
El propio Gobierno provincial, encabezado por Axel Kicillof, busca evitar que la interna partidaria eclipse el debate presupuestario. Tanto La Cámpora como el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) acordaron dejar las definiciones políticas para el próximo año y concentrarse en conseguir los votos necesarios para aprobar el endeudamiento y la Ley Fiscal Impositiva.
Según fuentes del PJ bonaerense, la renovación incluirá al Consejo Provincial y a las 135 unidades básicas de la provincia de Buenos Aires, cuyos mandatos se encuentran vencidos desde marzo del 2024. La Carta Orgánica partidaria establece una duración de dos años para las autoridades locales y provinciales, por lo que febrero o marzo del próximo año aparecen como fechas tentativas.
“Ahora el foco está en el presupuesto; después vendrá el debate interno”, señalaron intendentes que buscan enfriar las tensiones. Sin embargo, dentro del peronismo reconocen que la convivencia entre el cristinismo y el kicillofismo es cada vez más difícil, y que la elección partidaria será el escenario donde se midan las fuerzas reales de cada espacio.
El ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque, uno de los referentes del MDF, aseguró en declaraciones a La Red que “los plazos finalizan ahora en diciembre, creo que el 17”, y planteó la necesidad de “un PJ dinámico, comprometido con el Gobierno provincial y con la defensa de los bonaerenses ante el ahogo financiero del Gobierno nacional”.
En paralelo, Máximo Kirchner evitó definiciones concretas sobre su futuro al frente del partido. En declaraciones radiales, afirmó que “sobre el PJ bonaerense no hay novedades más allá de lo que se pueda leer en off”, aunque desde La Cámpora deslizan que su continuidad sería una opción viable. La senadora Teresa García fue más explícita al señalar que “Máximo debe manifestar su voluntad de seguir, porque representa un espacio político central”.
En el entorno del Gobernador Axel Kicillof ganan fuerza los nombres de la vicegobernadora Verónica Magario y del presidente de la Cámara de Diputados bonaerense, Federico Otermín, quien cuenta con el respaldo de intendentes como Federico Achával, Nicolás Mantegazza y Gastón Granados. Este último advirtió que “los intendentes son los que tienen los votos y representan a la gente”, en referencia a la escasa presencia de jefes comunales en la lista nacional de Fuerza Patria.
El intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, continúa siendo un actor incómodo. Tras su ruptura con la conducción partidaria, impulsó una lista propia bajo el sello Unión Federal, que le restó votos al oficialismo en las últimas elecciones. Desde su entorno admiten que no descartan regresar al PJ, pero aclaran que “no será a cualquier precio”.
La situación judicial de Cristina Fernández de Kirchner, detenida y proscripta, agrega un componente adicional de incertidumbre al panorama político, y muchos dirigentes temen que una judicialización de la interna termine debilitando aún más la estructura partidaria.
Por ahora, la mayoría de las líneas internas coincide en que no habrá definiciones hasta después del verano. El peronismo bonaerense parece haber encontrado una tregua temporal entre sus principales figuras, aunque todos reconocen que el verdadero pulso político comenzará en 2026, cuando se renueven las autoridades y se empiece a delinear el futuro electoral hacia el 2027.
En ese escenario, la batalla por el sillón partidario no será solo una cuestión de nombres: pondrá a prueba la capacidad del peronismo para reinventarse sin fracturarse, y para volver a encontrar un liderazgo capaz de ordenar la dispersión interna y reconectar con su base social.