Las ventas en supermercados registraron en agosto una nueva caída y acumularon cinco meses consecutivos de retrocesos, según los últimos datos difundidos por el INDEC. El informe oficial indicó que la facturación a precios constantes descendió un 0,3 % respecto de julio y apenas creció un 0,3 % interanual, lo que marca el registro más bajo del año.
En paralelo, las ventas minoristas medidas por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) también mostraron una contracción: en agosto se redujeron 2,2 % frente al mes anterior y 2,6 % en comparación con el mismo mes de 2024.
El escenario refleja el impacto de la pérdida de poder adquisitivo, el aumento de precios y la cautela de los consumidores frente a la inestabilidad económica. Los rubros más afectados fueron los alimentos, las bebidas, los productos de limpieza y los artículos para el hogar, que mantienen caídas sostenidas desde principios de año.
En la provincia de Buenos Aires, donde el comercio minorista y las pymes dependen en gran medida del consumo interno, la situación genera preocupación. Los comerciantes señalan que la baja en las ventas se siente con fuerza en los barrios y que muchos locales apenas cubren sus costos.
Con este panorama, agosto confirmó una tendencia que se arrastra desde el otoño: el consumo permanece estancado y la recuperación aún no asoma, pese a la estabilidad de algunos precios en los últimos meses.