
Argentina dará un paso histórico en la exploración espacial con el lanzamiento del microsatélite Atenea, que será parte de la misión Artemis II de la NASA, prevista para 2026. Este pequeño satélite, de apenas 30 x 20 centímetros y 15 kilos de peso, ha sido desarrollado por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) junto a un consorcio de universidades nacionales y la empresa VENG.
La participación de Atenea representa un logro científico y tecnológico destacado para el país, y coloca a las universidades argentinas en un rol central en la cooperación espacial internacional. Instituciones como la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y la Universidad de Buenos Aires (UBA) aportaron su conocimiento en ingeniería, programación y sistemas de comunicación para el diseño y construcción del satélite.
Además, colaboraron otras instituciones nacionales como la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y el Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR), trabajando en conjunto con la industria privada para asegurar que Atenea cumpla con los exigentes estándares de las misiones espaciales tripuladas.
Atenea será el único satélite latinoamericano en la misión Artemis II, que llevará astronautas a la órbita lunar y marcará el regreso del ser humano a la Luna después de más de 50 años. Entre sus funciones, el satélite realizará mediciones de radiación, recopilación de datos de GPS y pruebas de sistemas de comunicación de largo alcance, contribuyendo al desarrollo de tecnología espacial crítica para futuras misiones.
La integración final del satélite se realizó en el Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral, Estados Unidos, donde fue instalado en el cohete Space Launch System (SLS) que lo llevará al espacio. El lanzamiento está previsto entre febrero y abril de 2026.
Con Atenea, Argentina y sus universidades se consolidan como referentes en la ciencia espacial de la región, demostrando capacidad tecnológica y colaboración académica de alto nivel. Este logro representa no solo un hito científico, sino también un motivo de orgullo para toda la nación.