Vuelven a acusar al Colegio de Martilleros de Mar del Plata de proteger a estafadores

La polémica volvió a posarse sobre el Colegio de Martilleros y Corredores Públicos de Mar del Plata, institución que preside Guillermo Rossi. El Colegio quedó nuevamente en off side, acusado de proteger a estafadores.

Esta vez, se trata de Agustín Nicolás Demetrio, un martillero que figura como profesional activo en el registro que el Colegio de Mar del Plata tiene publicado en su página web. Demetrio es investigado por usura. Tal como trascendió en las últimas semanas, el empresario José Antonio Guerra –jaqueado por la pandemia y por la necesidad de mantener sus negocios en pie– contactó a Demetrio para pedirle dinero prestado. Lo hizo siguiendo el consejo de su abogado, que en ese momento era Julián Vespa. Demetrio se presentó como “inversionista” y “prestamista”.

Tal como explicó el fiscal Luis Ferreyra, el primer préstamo fue de 200 mil dólares, “por el cual el denunciante suscribió un boleto de compraventa de una propiedad a su nombre, y que al finalizar el pago del mismo, en octubre de 2023, Demetrio restituyó”. 

El fiscal sumó que a partir de diciembre de 2023, Guerra solicitó nuevas sumas de dinero a Demetrio por la suma de 80 mil dólares y un contrato de mutuo por la suma de 100 mil dólares, por los cuales el denunciante otorgó como garantía del pago un inmueble, que poseía a su vez dos mutuos de 70 y 30 millones de pesos respectivamente, los cuales fueron abonados por Demetrio, cancelando las hipotecas y agregando la deuda a las sumas ya contraídas por el denunciante: “Por ello, el denunciante junto a su cónyuge, suscribieron escritura traslativa de dominio a favor de Demetrio el día 14/03/2024”.

Sin embargo, a partir de ese momento, Demetrio comenzó a exigirle a Guerra mayores pagos, por lo que el empresario vendió una propiedad a su hermana por la suma de 150 mil dólares y le entregó el dinero a Demetrio, sin que éste le otorgara comprobante alguno por el pago. Según la denuncia, Demetrio comenzó a exigirle a Guerra –a modo de “garantía”-  que pusiera diversas propiedades a su nombre o a nombre de algunas empresas en las que él figuraba como presidente.

“Agustín Nicolás Demetrio, quien le había realizado préstamos informales de dinero a José Antonio Guerra desde el mes de diciembre del año 2023, por una suma aproximada de u$s 800.000, (...) le exigió además el pago de u$s 1.900.000, informándole que la deuda total que ascendía a u$s 3.000.000, bajo amenaza de que en caso contrario vendería todas las propiedades ofrecidas como garantía del pago y desalojaría a la víctima y sus familiares de las mismas”, relató el fiscal.

Frente a tan graves acusaciones, diversos medios marplatenses y profesionales colegiados comenzaron a alzar su preocupación. “Agustín Nicolás Demetrio, además de inversionista, prestamista, usurero y extorsionador, es martillero. Y, curiosamente, a pesar de esta grave denuncia en su contra, no existen medidas disciplinarias por parte del Colegio de Martilleros Departamento Judicial Mar del Plata: en el listado de profesionales que figura en la página web de la institución, Demetrio aparece como activo. ¿Qué esperarán para, al menos, inhabilitar la matrícula?”, se preguntaron.

Desde el sitio MDQ Activa sumaron que se trata de “otro estafador más protegido por la misma institución que se llena la boca hablando de proteger a toda la sociedad marplatense de posibles maniobras fraudulentas en operaciones inmobiliarias”. En ese sentido, diferentes profesionales recordaron la denominada Liga de Remates, una “liga de compradores” en remates judiciales que operó siempre con el aval del Colegio de Martilleros de Mar del Plata. 

La banda –liderada por los martilleros Pablo Sebastián Salminici y Mario Castelao– cayó en junio de 2020. Distintos testimonios conocidos durante el juicio oral señalaron que “evidentemente ha habido, cuanto menos, una omisión por parte de las autoridades del Colegio de Martilleros de los últimos 25 o 30 años, que permitieron la instalación de este grupo o la comodidad de este grupo para operar de la manera que lo hacía”. 

Ahora, la denuncia contra Demetrio y el silencio con sabor a complicidad de las autoridades del Colegio de Martilleros de Mar del Plata vuelve a alzar críticas contra una institución que parece empecinarse en la falta de modernización y transparencia.