
En las elecciones provinciales del pasado domingo, el frente peronista conocido como Fuerza Patria, liderado por el gobernador Axel Kicillof, logró una victoria clara con aproximadamente el 47 % de los votos, frente a un 33,8 % obtenido por La Libertad Avanza. La diferencia, de más de 13 puntos, consolidó el triunfo de la oposición en el principal bastión político del país.
Este resultado no solo ratificó el poder territorial del peronismo, sino que también generó un fuerte impacto dentro del partido. Kicillof logró imponerse ante el cristinismo y Máximo Kirchner, imponiendo su liderazgo en una interna que se venía caracterizando por la tensión entre distintas facciones.
La estrategia electoral impulsada por Kicillof, que incluyó el desdoblamiento de la elección y el despliegue de intendentes peronistas “testimoniales” encabezando listas locales, fue clave para el resultado. Ese diseño táctico le permitió reforzar su control político y fortalecer la presencia provincial del espacio.
En su discurso tras la victoria, Kicillof instó al presidente Javier Milei a “rectificar el rumbo” y a reunirse con él, interpretando que las urnas envían un mensaje claro sobre la necesidad de retomar la obra pública, el cuidado social y evitar políticas excluyentes. Su triunfo lo proyecta como figura clave de cara a 2027 y redefine el mapa político nacional.