
El Río de la Plata volvió a mostrar una imagen tan insólita como alarmante. En apenas seis días, se registraron dos ballenas muertas en sus aguas: la primera en Vicente López y la segunda, en un lugar impensado como la Costanera Norte de la Ciudad de Buenos Aires, a metros del Aeroparque Jorge Newbery y del parque temático Tierra Santa.
El ejemplar hallado en la zona porteña corresponde a una ballena Sei, una especie en peligro de extinción. Según estimaciones preliminares, el animal medía más de seis metros. Por ahora, las autoridades solo han delimitado el área con cintas de seguridad para evitar acercamientos del público, mientras se aguarda la compleja tarea de remoción del cuerpo.
La aparición generó sorpresa entre vecinos, turistas y pescadores, pero también preocupación entre especialistas. Por tratarse de una especie protegida, el ejemplar será analizado científicamente para intentar determinar las causas de su muerte. Además del riesgo sanitario que implica la descomposición de un animal de gran tamaño, se busca preservar el valor biológico del hallazgo.
Este nuevo episodio se suma al ocurrido menos de una semana antes, cuando otra ballena fue encontrada sin vida en aguas de Vicente López, a la altura del kilómetro 18 del canal costero. En ese caso, también se activaron operativos de rescate y se tomaron muestras para estudios posteriores.
Sin embargo, no todas las noticias vinculadas a cetáceos fueron trágicas. Días atrás, pescadores del partido bonaerense de Tres Arroyos vivieron un momento único frente a las costas de Orense: dos ballenas francas los rodearon durante casi una hora, generando asombro y algo de tensión a bordo.
Las ballenas, que en esta época migran hacia aguas más cálidas, parecen estar acercándose cada vez más a zonas urbanas del Río de la Plata y a la costa atlántica bonaerense. Para los científicos, estos eventos deben ser tomados como alertas sobre la salud del ecosistema marino, más aún cuando los hallazgos involucran especies amenazadas como la ballena Sei.
Mientras tanto, el cuerpo del ejemplar hallado en Costanera Norte permanece parcialmente a la vista desde la orilla. La extracción puede demorar varios días, según informaron fuentes oficiales. El mar, con sus misterios y advertencias, sigue enviando señales que interpelan tanto a las autoridades como a la ciudadanía.