
El último fin de semana largo dejó un panorama preocupante para el turismo en la provincia de Buenos Aires. Según informó el ministro de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica bonaerense, Augusto Costa, la cantidad de turistas se redujo un 19% respecto del mismo periodo de 2024, mientras que el consumo cayó un 39% en términos reales y la ocupación hotelera sufrió bajas generalizadas, en especial en los principales destinos costeros.
“El dato es contundente: hubo menos gente, menor nivel de gasto y ocupaciones hoteleras muy por debajo del año pasado. Es el reflejo directo de las políticas de ajuste del Gobierno nacional”, sostuvo Costa.
De acuerdo con los datos oficiales, la ciudad de Mar del Plata tuvo una ocupación hotelera del 50%, lo que representa una caída de 20 puntos porcentuales respecto al mismo fin de semana largo del año anterior. La situación se replicó en otros puntos turísticos de la provincia:
Partido de la Costa: 31% (-20 pp)
Villa Gesell: 45% (-7 pp)
Pinamar: 43% (-25 pp)
Tigre: 42,3% (-27 pp)
Mar Chiquita: 24% (-33 pp)
Costa aclaró que la comparación se mantiene válida aun considerando que en 2024 el feriado fue de cuatro días y en 2025 de tres. “El retroceso es estructural, y responde al impacto que están teniendo las medidas de ajuste sobre el poder adquisitivo y el mercado interno”, afirmó.
Para el ministro bonaerense, el escenario actual está marcado por una fuerte retracción del turismo interno y un aumento de los viajes al exterior, facilitado por el atraso cambiario. “Cada vez menos extranjeros vienen a la Argentina y cada vez más argentinos viajan al exterior. Esto implica fuga de dólares y mayor déficit de divisas”, advirtió.
En ese sentido, Costa señaló que la caída en el turismo no es una consecuencia aislada, sino parte de un modelo económico que “recorta derechos, restringe el consumo y desarticula las economías regionales”. Y agregó: “El turismo es desarrollo, es empleo, es identidad. Si el ajuste continúa y no se aplican políticas para promover el turismo local, el impacto será cada vez más profundo”.
El funcionario bonaerense concluyó con un llamado a repensar el rumbo económico: “Es hora de discutir un modelo que no deje afuera a las mayorías del derecho al descanso y al disfrute. Un país no puede cerrarse a su propia gente”.