
La inhabilitación judicial de Cristina Fernández de Kirchner a ejercer cargos públicos generó un fuerte remezón dentro del peronismo bonaerense, que ahora deberá replantear su armado electoral en la Tercera Sección Electoral, donde la expresidenta era señalada como posible candidata. El fallo de la Corte Suprema, confirmado este martes, alteró los planes de cara al cierre de listas.
La Tercera Sección representa el corazón electoral del oficialismo: concentra a casi cinco millones de votantes y agrupa a 19 municipios, de los cuales 17 son gobernados por dirigentes afines al Frente de Todos. En las elecciones de 2023, Unión por la Patria logró allí más del 50% de los votos.
La decisión de Cristina Kirchner de no postularse ya había sido insinuada en declaraciones públicas, pero la confirmación judicial de su condena por corrupción y su consecuente inhabilitación la excluye formalmente de cualquier boleta. Esto dejó vacante un lugar estratégico en la lista de diputados provinciales, donde su figura tenía fuerte peso simbólico y electoral.
El gobernador bonaerense Axel Kicillof había pedido “centralidad” en la construcción del esquema electoral, ante una interna marcada por tensiones con sectores del kirchnerismo, el massismo y las organizaciones sociales. Ahora, sin Cristina en carrera, el equilibrio interno se vuelve más complejo.
En ese sentido, se analiza la posibilidad de conformar listas conjuntas entre los distintos espacios, en lugar de avanzar en una nómina única. Esta opción toma fuerza en distritos como Avellaneda, Quilmes, Lanús y podría extenderse a Esteban Echeverría, donde las diferencias internas son más evidentes.
La caída de la candidatura de Cristina pone en jaque la cohesión del oficialismo, justo cuando se discuten 18 bancas en la Cámara de Diputados bonaerense y 13 cargos en concejos deliberantes clave.
En el entramado local, los intendentes alineados con Kicillof —como Jorge Ferraresi (Avellaneda), Mario Secco (Ensenada) y Fabián Cagliardi (Berisso)— ganan protagonismo. También mantienen influencia Fernando Espinoza (La Matanza), Mariano Cascallares (Almirante Brown) y Juan José Mussi (Berazategui).
Desde el sector cristinista, en tanto, aparecen figuras como Mayra Mendoza (Quilmes), Marisa Fassi (Cañuelas), Julián Álvarez (Lanús) y Federico Otermín, actual intendente de Lomas de Zamora, con fuerte vínculo con La Cámpora. A ellos se suma el camporista Fernando Raitelli (Brandsen) y actores del Movimiento Evita.
La disputa entre intendentes tradicionales y referentes de las organizaciones políticas promete una negociación intensa de aquí al cierre de listas, previsto para el 19 de julio. La pérdida del liderazgo directo de Cristina deja un vacío que todavía nadie logra ocupar.
La relevancia de la Tercera Sección Electoral en el mapa bonaerense obliga a todas las tribus del peronismo a negociar sin margen para errores. De los 19 municipios, sólo Brandsen y San Vicente están gobernados por la oposición, lo que evidencia el peso territorial del oficialismo.
Con Cristina fuera del juego, el desafío no sólo será mantener la unidad, sino también conservar la base electoral en un año donde el contexto nacional tensiona los armados locales.