
Carolina Goedelman, jefa de clínica del sector de Hematología del Hospital Garrahan e integrante de la Asociación de Profesionales y Técnicos, denunció que los residentes del centro pediátrico fueron amenazados por las autoridades y el Gobierno Nacional para levantar la medida de fuerza prevista para hoy. “Les dijeron que si no se levantaba el paro, iban a aplicar sanciones que podían incluir despidos”, sostuvo en declaraciones a Radio Splendid - 990.
Según detalló, primero se notificó a los jefes que se contratarían médicos pediatras para reemplazar a los residentes. Luego, estos últimos recibieron telegramas en los que se anticipaban posibles sanciones. “Verbalmente se les dijo que los telegramas de despido ya estaban escritos. Así que los residentes levantaron la medida. Los amenazaron”, afirmó.
Goedelman remarcó que la planta permanente del Garrahan continúa con el paro hasta mañana, en reclamo de una recomposición salarial. Además, cuestionó la reunión del miércoles en el marco de la conciliación obligatoria convocada por el Ministerio de Trabajo: “No ofrecieron absolutamente nada. No estuvo el Ministerio de Salud, que es el empleador. Nos volvimos con las manos vacías”.
La médica advirtió sobre la posible fuga de profesionales y criticó la falta de interlocutores capacitados. “Tenemos gente gobernando sin formación, solamente por su presencia en redes sociales”, señaló. En ese sentido, cuestionó a la diputada de La Libertad Avanza, Lilia Lemoine: “Está donde está solo por portación de redes. Así estamos como sociedad”.
También criticó el bono anunciado recientemente por el hospital, que será financiado con recursos propios y no representa un aumento real de ingresos. “Los residentes van a cobrar 500 mil pesos y el resto del personal 200 mil, pero es no remunerativo. No cuenta para aguinaldo ni jubilación”, explicó.
Finalmente, Goedelman calificó de “delirio” la idea del Gobierno de contratar 50 pediatras con mejores condiciones que los residentes. “Todo esto solo genera miedo e incertidumbre. Lo que pasó ayer con los residentes fue tristísimo: estaban llorando en el Aula Magna. Nunca vivimos algo así”, cerró.