
El Hospital Garrahan, referente nacional en atención pediátrica, atraviesa una situación crítica. Este martes, trabajadores y residentes definieron en asamblea un paro total sin guardias para el jueves 29 de mayo, acompañado por una movilización al Ministerio de Salud de la Nación. La medida fue adoptada tras denunciar públicamente la emergencia salarial que atraviesa el personal, cuyas remuneraciones se encuentran por debajo de la línea de pobreza.
Bajo el lema “Sin residentes no hay hospital”, la Asamblea de Residentes del Garrahan comunicó que ya mantienen un paro sin guardias por tiempo indeterminado y advirtieron que el futuro del sistema de formación médica está en riesgo. “No sabemos cuándo volveremos a trabajar. No sabemos si nuestra residencia tiene un futuro digno”, señalaron en redes sociales.
El reclamo, que rápidamente se volvió tendencia en plataformas digitales, denuncia salarios insuficientes que no cubren necesidades básicas como alimentación, vivienda y transporte. “No estamos pidiendo privilegios, estamos pidiendo un sueldo digno que es lo que nos corresponde”, expresó una residente, visiblemente afectada.
En paralelo, se anunció la presentación de una denuncia penal contra las autoridades del hospital por presunto abandono de pacientes, en el marco de un conflicto que ya no se limita a lo laboral y que pone en jaque el funcionamiento del principal hospital pediátrico del país.
“Esta lucha es por nosotros, por los que vienen, por los que no queremos que se vayan, por los pacientes, por sus familias, por la salud pública”, sostienen desde la Asamblea.
Desde la conducción del hospital, según denuncian los trabajadores, no hubo hasta ahora voluntad de diálogo. “Nos dijeron que no tienen dinero y que si el hospital tiene que cerrar, no habría inconveniente”, relataron.
La movilización convocada para este jueves promete ser masiva y contará con el apoyo de la comunidad médica, gremios y organizaciones sociales. El conflicto deja al descubierto una crisis estructural en el sistema de salud pública y tensiona aún más el vínculo entre los trabajadores sanitarios y el gobierno nacional.