Según el INDEC, más de 6 millones de personas son pobres en la Provincia de Buenos Aires

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) ha dado a conocer los datos sobre pobreza e indigencia correspondientes al segundo semestre de 2024, y las cifras en la provincia de Buenos Aires reflejan una crisis social de enorme magnitud. Según los datos oficiales, más de 6 millones de bonaerenses viven en condiciones de pobreza, mientras que 1.502.207 personas se encuentran en situación de indigencia, es decir, no cuentan con los recursos suficientes para cubrir una canasta básica alimentaria.

La Encuesta Permanente de Hogares detalló las cifras en distintos aglomerados urbanos. En los partidos del Gran Buenos Aires, hay 5.486.186 personas bajo la línea de pobreza y 1.311.698 en la indigencia. En el Gran La Plata, las cifras ascienden a 349.855 personas en pobreza y 68.232 en indigencia. En Bahía Blanca-Cerri, 82.198 personas son pobres y 11.839 están en la indigencia. En Mar del Plata, los números marcan 192.706 personas en la pobreza y 21.896 en indigencia. En San Nicolás-Villa Constitución, hay 88.512 personas en situación de pobreza y 6.330 en indigencia.

La lectura oficial del gobierno

El gobierno nacional, encabezado por Javier Milei, celebró una caída de 14,8 puntos porcentuales en la pobreza a nivel nacional en comparación con el primer semestre del año. Sin embargo, esta baja no ha mejorado la calidad de vida de los sectores más vulnerables. El ajuste económico implementado desde diciembre de 2023 ha generado un fuerte retroceso en el consumo, con aumentos en las tarifas de servicios públicos, alimentos y medicamentos, lo que afecta directamente a las clases populares.

La línea de indigencia y su impacto

Para comprender la gravedad de la situación, es crucial entender el concepto de línea de indigencia, que se establece en función del costo de una canasta básica de alimentos, que cubre un umbral mínimo de necesidades energéticas y proteicas. Los hogares cuyos ingresos no alcanzan este umbral son considerados indigentes. Por otro lado, la línea de pobreza también incluye el acceso a bienes y servicios esenciales como vestimenta, transporte, educación y salud.

Aunque los indicadores oficiales muestran una baja en la pobreza, la realidad cotidiana contradice esta lectura optimista del gobierno. El consumo sigue cayendo, el endeudamiento de las familias crece, y las desigualdades territoriales se acentúan. En las regiones del Noreste y Noroeste del país, la pobreza sigue por encima del 40%, y en la provincia de Buenos Aires, millones de personas continúan luchando para sobrevivir.

Lo que refleja la realidad económica es el aumento de las compras con tarjeta de crédito en los supermercados, un claro reflejo del deterioro del poder adquisitivo y la creciente dependencia del financiamiento para acceder a productos esenciales. La brecha entre los números oficiales y la vida diaria sigue ampliándose, dejando en evidencia que la crisis social está lejos de resolverse.