
El Palacio Otamendi se impone por su belleza y su arquitectura en medio del casco urbano de San Fernando. Quienes pasen por delante se quedan contemplándolo y buscan una explicación a su existencia en ese lugar. Sin embargo, con el paso de los años ese impacto se fue modificando: de la belleza de sus primeros años a su estado de abandono durante décadas y, ahora, su proceso de restauración para convertirlo en un museo, que el sábado 15 de julio estará inaugurado.
El edificio ubicado en Sarmiento al 1400 es un emblema de San Fernando y su historia se remonta a fines del siglo XIX: fue diseñado entre los años 1860 y 1870 por el arquitecto Joaquín Belgrano Villarino, sobrino bisnieto de Manuel Belgrano, que comenzó con la construcción de lo que sería su vivienda en 1879. El palacio se terminó en 1882.
Esta construcción se da en el marco de una época donde las familias de élite que vivían en Buenos Aires se instalaban en las zonas aledañas a la ciudad como sitios de veraneo. De esta manera, los municipios de San Fernando, San Isidro y Las Conchas, zona que actualmente integra el partido de Tigre, formaban parte de una región privilegiada para el asentamiento temporal de familias de clase alta.
A principios del siglo XX, en 1903 más precisamente, Josefina Rawson le vendió la propiedad a Rómulo Otamendi, quien tenía una hija, Matilde, con problemas respiratorios. Esta fallece a los 16 años y Otamendi, junto a su esposa Matilde Carballo, se negaron a seguir viviendo en el palacio.
Con la decisión de no seguir viviendo en el lugar, Rómulo Otamendi donó la casona a la Sociedad de Beneficencia de Buenos Aires a mediados del '30, para convertirlo en un asilo para chicas huérfanas a cargo de la congregación española de Los Ángeles Custodios.
Funcionó allí por poco más de una década, pero dada la falta de financiamiento de la obra de caridad, el Patronato de la Infancia (PADELAI) se hizo cargo del lugar en 1950.
Desde ese entonces, el asilo funcionó con el nombre "Estela Matilde Otamendi" durante casi 50 años, albergando a unas 70 mujeres en situación de vulnerabilidad social y ampliando la infraestructura original del edificio para construir dormitorios y sectores recreativos. Con la reforma constitucional de 1994 y la creación del Consejo Nacional del Menor y la Familia cinco años después, el espacio pasó a cargo de ese organismo. Finalmente, quedó en desuso en 2001, cuando las pocas mujeres que quedaban en el lugar fueron trasladadas a otros asilos.
Ese año, el ya denominado Consejo de Niñez, Adolescencia y Familia del ministerio de Desarrollo Social de la Nación, firmó un convenio con la Municipalidad con la idea de generar allí un espacio de difusión de derechos de niños, niñas y adolescentes: "Pueblo Pibes", que finalmente no prosperó.
El palacio Otamendi estuvo abandonado por una década y luego pasó a manos de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) a fines de 2010. En el 2012 fue entregado a la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo para crear una Escuela Secundaria Técnica, aunque este proyecto, al igual que el de "Pueblo Pibes", tampoco prosperó.
Años después, en 2017, se da un grave incendio en la construcción, que se encontraba sin mantenimiento y abandonada por parte del Estado nacional, y el daño sufrido por la estructura del histórico castillo parecía irreversible. Las solicitudes por parte de la comuna para hacerse cargo del lugar fueron reiteradas, hasta que a principios de 2020 se logró adquirir la custodia y meses más tarde el uso precario del lugar, lo que le permitió comenzar con las obras de restauración.
El palacio tiene un estilo ecléctico e indefinido, que conjuga diferentes periodos artísticos y arquitectónicos. Hay elementos neogóticos. Pero por otro lado también hay sectores que se pueden encuadrar dentro del neorenacentismo.
En lo que respecta a la intervención que lleva adelante la comuna, se demolieron los sectores que estaban alrededor del edificio porque no eran originarios de su primera época de construcción. De esta forma, se logra una convivencia perfecta entre el entorno y la vegetación que rodea al predio.
Parte de su valor también tiene que ver con que el castillo fue construido con materiales muy nobles. Pese al incendio de 2017 que destruyó parte del techo como así también de su estructura y luego de haber estado a intemperie durante más de cuatro años, muchas partes se conservaron. La mayoría de los materiales fueron traídos de Europa. Los pisos de las habitaciones son de pinotea y los de planta baja son venecianos.
La sala principal tiene un revestimiento con mosaiquismo y en una de sus paredes hay un cuadro de las ciudades holandesas, que Belgrano le habría obsequiado a su madre ante la imposibilidad de poder llevarla de viaje al viejo continente. La escalera principal es de madera de cedro con balaustres y pasamanos torneados.
También se recuperó la terraza y el balcón a la salida de la sala principal, un lugar donde durante la época de abandono del palacio crecían yuyos que invadían parte del interior del lugar.
A esto, se sumaron trabajos de pintura y mantenimiento en la totalidad del edificio, más allá de la restauración histórica. Lo único que se agregó a la construcción original fue la parte sanitaria, que se hizo a nuevo, pensando en la función que tendrá el espacio. También se construyó un ascensor para que las personas con discapacidad puedan acceder a las salas ubicadas en los pisos superiores del castillo.
El proyecto de restauración permitirá el funcionamiento de un museo con salas de exposiciones en los espacios principales, mientras que en las dependencias funcionarán las oficinas administrativas de la Secretaría de Cultura del Municipio que hoy se encuentran en otro lugar histórico de San Fernando: la quinta El Ombú.
Además, su entorno tendrá un paseo público que estará abierto durante las 24 horas y que vinculará el palacio con un teatro con capacidad para 500 personas que se construye en el mismo predio.
Si bien en un principio la culminación de las obras estaba prevista para agosto, se logró finalizar antes y la inauguración del Palacio tendrá lugar este sábado 15 de julio.
El evento de la inauguración se realizará a las 15 horas con actividades culturales desde la Plaza Mitre (Constitución y Madero) hasta el parque del Palacio, en Sarmiento al 1400, a una cuadra de la plaza central.
Luego a las 16.30 horas, se espera que se realice el tradicional corte de cinta para que las personas puedan recorrer las nuevas instalaciones del lugar.